jueves, 8 de septiembre de 2016

Lucha inútil


Una de las serpientes de este verano ha sido sin duda la explosión del juego Pokémon Go, con su dosis prácticamente diaria de anécdotas con jugadores patrios y foráneos haciendo las cosas más ridículas y/o peligrosas para capturar el bichillo de turno. Mientras leía este tipo de noticias no podía dejar de notar e incluso sorprenderme por el tono de superioridad o el intento, no muy sutil, de ridiculizar a los protagonistas de las historias. Vale, algunas eran algo (o muy) absurdas pero me parece que lo que subyace en muchas de estas críticas es en verdad desconocimiento o incluso incapacidad para comprender esta nueva realidad.

Por eso cuando, por las mismas fechas, leí este artículo en la estupenda Revista Ñ del periódico Clarín, vi reflejadas en él mis propias sensaciones y reflexiones. No consigo entender la cantidad de energía que se derrocha en criticar actitudes y actividades sociales totalmente extendidas a día de hoy, como participar en redes sociales, consultar el teléfono de forma constante o jugar a Pokémon Go, en pro de unos tiempos, y una (supuesta) mayor altura intelectual y cultural, que ya son pasados y que, me temo, no van a volver. ¿No sería mejor aceptar la realidad y tratar de aprovechar las innumerables ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías en lugar de esta lucha contínua y, con bastante probabilidad, infructuosa? Yo diría que sí.

Y ya que estamos hablando de esto, ¿no os suenan este tipo de posturas antitecnológicas también en el ámbito de los libros? No sé cuántas veces he oído, leído, visto la típica imagen del vagón de tren con todos sus pasajeros atentos a las pantallas de sus respectivos dispositivos y la queja correspondiente de que ya nadie lee en el transporte público. Señores y señoras, no solo se puede sino que hay mucha gente que de hecho lee en sus móviles; en lugar de quejarnos de que los aparatitos han colonizado el ocio, llevemos la lectura hasta ellos, por ejemplo. ¿O es que la lectura en sí no es tan importante como la lectura en papel? A ver si va a resultar un problema de negocio y no de cultura.

Precisamente al hilo del inicio de este post, y mientras le daba los últimos toques antes de publicarlo, me he topado con este artículo. Más prohibiciones como respuesta a lo que no se entiende (motivos de seguridad aparte).

No hay comentarios:

Publicar un comentario