jueves, 24 de septiembre de 2015

Editoriales digitales: pequeñas, especializadas y muy interesantes

Es bonito ver, cuando tienes una idea clara, e intentas ponerla en práctica, que no estás solo. Desde sinerrata hemos dicho en multitud de ocasiones que no renegamos del papel, todo lo contrario: somos lectores de libros, independientemente de su formato, y como editorial también ofrecemos el libro en papel, aunque en nuestro caso es "un complemento".

Nosotros, inicialmente, publicamos narrativa contemporánea, aunque la colección de novela negra es la que crece a mejor ritmo. Hoy nos gustaría hablaros de tres editoriales que consideramos amigas, y que comparten con nosotros la condición de ser nativos digitales. Compartimos también una filosofía de respeto al lector, que implica, por ejemplo el evitar el uso de DRMs que supongan dar datos personales a terceras empresas, o la descarga de programas. En definitiva, no molestar a la persona que se ha comprado uno de nuestros libros. Entre ellas comparten, además, el hecho de ser especializadas en un tipo de literatura.

Empezamos presentando a 2709 books, que como ellos mismos nos cuentan comienza publicando narrativa africana para dar voz a un continente que cuenta con 55 países y casi 1000 millones de habitantes, pero del que tenemos una visión incompleta y bastante estereotipada.

Ellos, o mejor debería decir ella, ya que Marina M. Mangado es el alma mater de este proyecto, miman las obras, a los autores, y también a los traductores, que son uno de los puntales de la editorial.


La segunda editorial que os queremos presentar se llama Chidori Books. También les cedemos la palabra para que nos cuenten que nacen de la unión de dos grandes pasiones: los libros y Japón. Es por este motivo que nos hemos fijado como objetivo primordial aproximar el País del Sol Naciente a los lectores en lengua española, no solo a través de las más consagradas figuras literarias japonesas, sino también mediante autores desconocidos para el gran público occidental.

Detrás de esta editorial está Margarita Adobes, apostando por escritores japoneses, pero también por autores occidentales que nos ayuden a entender mejor la cultura nipona.

Por último, pero no menos importante, toca hablar, de Fata Libelli. De nuevo, al parecer la literatura digital está en manos femeninas, dos mujeres, Silvia Schettin y Susana Arroyo, que han puesto en marcha una editorial especializada en fantasía y ciencia-ficción.

Nos cuentan que se centran en la publicación de relatos y novelas cortas, sobre todo de autores extranjeros hasta ahora inéditos en español. Al parecer su principal objetivo es dominar el mundo, pero mientras tanto sus publicaciones se centrarán en la literatura fantástica contemporánea y ya podemos confirmar la presencia en nuestro naciente catálogo de autores como Peter Watts, China Miéville, Tim Pratt o Elizabeth Bear.

¿Y por qué somos todos digitales? Las razones que podemos entresacar de una y otra web, también las compartimos. En principio la intención es llegar a los lectores, independientemente del país en el que vivan, porque creemos que el libro electrónico tiene futuro, y como una clara apuesta por las nuevas formas de lectura, sin que esto suponga en ningún momento renunciar a lo que ya conocemos.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Autores, editores y editoriales: combinaciones varias

Esta semana me he encontrado con dos artículos muy interesantes que valoran la relación entre autores, editores y editoriales, aunque cada uno con una perspectiva bien distinta. Sobre la relación entre autores y editores ya había escrito aquí mismo en alguna ocasión, pero me ha parecido que en la confluencia de estos dos escritos se explicaban bien las nuevas formas de publicación y su evolución.

El primer texto del que os hablada es este de José Antonio Millán, en el que comenta otro interesantísimo artículo sobre las posibles formas en las que los autores primerizos encuentran editor (en el sentido de publicador) y los distintos profesionales que pueden intermediar en ese proceso, desde agentes literarios hasta críticos o incluso otros autores. Este es un viaje que muchos autores emprenden, y que no tantos consiguen seguir hasta el destino, y que normalmente comienza con un manuscrito que se envía directamente a la editorial o a alguno de esos intermediarios (por cierto, que también en este blog publicamos unas sencillas recomendaciones para presentar una propuesta editorial). Me ha parecido especialmente interesante cómo los datos que se comentan, sobre el número de agentes, la cantidad de originales, el total de publicaciones y otros, reflejan claramente el cuello de botella, desesperante para los autores y difícil de gestionar para las pequeñas editoriales, que se produce en este recorrido tradicional.

Y esto me lleva hasta el siguiente artículo, en esta ocasión de Bernat Ruiz y titulado Hacia la edición con editores y sin editoriales. Como consecuencia de ese difícil tránsito hacia las editoriales que sufren muchos escritores y por otros motivos que Bernat Ruiz expone en su entrada, además de por la mayor facilidad de acceso gracias al libro electrónico y otras tecnologías, cada vez hay más autores que optan por prescindir de una casa editorial. Cualquiera que sea el motivo, la autopublicación es una opción tan válida como cualquier otra e incluso puede ser más ventajosa para el autor, pero otra cosa es la autoedición. De hecho, si hay algo que se le reprocha de forma recurrente a muchos libros autoeditados es la ausencia de una edición profesional. Afortunadamente en este aspecto también creo que estamos evolucionando, y me da la impresión, como a Bernat, de que cada vez más los escritores que se autopublican solicitan la ayuda de profesionales de la edición para conseguir mayor calidad en sus libros.

Sea cual sea la combinación elegida, autores y editores hacemos un buen equipo y, aunque puedan cambiar las formas en las que nos relacionemos, creo que aún nos queda por delante mucho recorrido.

jueves, 10 de septiembre de 2015

¿Tienen futuro los audiobooks?

Hace casi dos años leíamos un demoledor artículo en El Diario.es, firmado por la periodista Paula Corroto, que titulaba de forma taxativa: Audiolibros, el negocio frustrado en España. Me remonto un poquito más en el tiempo: hace unos tres años, en una charla en Liburutekia, el escritor Juan Gómez Jurado nos hablaba de algunos proyectos llevados a cabo en Estados Unidos, para la promoción de este formato de lectura, que habían fracasado de forma estrepitosa.

Un tema interesante que se comenta en el artículo de Paula, es que según los grandes sellos, el futuro pasa más por los libros multimedia. Es decir estaríamos hablando de ebooks enriquecidos, o más bien de apps que al poder ofrecer sonido, vídeo, y prácticamente todo lo que podamos imaginar, podrían devorar perfectamente el formato del audiobook antes, siquiera, de que llegue a su adolescencia.

Yo no sé si el título que he elegido es la pregunta adecuada, o si tal vez deberíamos sustituirla por ¿son útiles los audiolibros para alguien?, y si la respuesta es afirmativa ponernos a trabajar para que tengan futuro. En este sentido yo solo me limitaré a señalar los esfuerzos de la ONCE, con su formato DAISY, que como bien explican en su web, es un paso hacia delante mejorando los audioebooks en MP3, añadiendo otro tipo de archivos para, por ejemplo, permitir la navegación.

También es cierto que en ocasiones un formato tarda en cuajar. Yo tengo absolutamente claro que el libro electrónico es el futuro, pero, y lo he repetido ya en infinidad de ocasiones, ni ha sido el vendaval que algunos esperaban, ni el libro en papel va a desaparecer, ni yo quiero que lo haga. Me apasiona disponer de cuantos más formatos mejor. En el caso del audiolibro, desde el año pasado empezaron a llegar mejores noticias: los grandes que empiezan a meter la patita en este formato, y las cifras que llegan desde Estados Unidos, que es donde hay que mirar, me temo, empiezan poco a poco a crecer.

Por nuestra parte contaros que nuestros amigos de Seebok está usando el audiolibro de una forma muy interesante: ofreciendo primeros capítulos de libros para, como ellos dicen, descubrir escuchando lo que vas a leer. Así lo han hecho, por ejemplo, con uno de nuestros libros: La decepción del cabo Holmes, de Carlos Laredo.

jueves, 3 de septiembre de 2015

El placer de editar, la ilusión de publicar

Recién empezado el nuevo curso, estamos ya manos a la obra con la edición del que será nuestro lanzamiento de otoño: el nuevo caso del sargento hechizado, Carmelo Domínguez, ese peculiar sargento de la Guardia Civil que con su especial mirada nos lleva a un pueblo serrano en la España de los años cincuenta y sus crímenes y misterios, surgido de la pluma de Fernando Roye.

Como editora, publicar un nuevo libro me hace una ilusión indescriptible; una mezcla de emoción, nervios e impaciencia por mostrar a los lectores esa historia que ya ha pasado a formar parte de tu memoria, de tu sensibilidad lectora, y que crees, confías, atrapará de la misma forma a los demás.

Pero toda publicación empieza con un enamoramiento, el que surge la primera vez que lees un manuscrito. El origen de la chispa inicial puede ser el personaje principal o algún secundario, una trama redonda y cautivadora, los diálogos, llenos de ingenio y sabiduría, una ambientación evocadora, la habilidad del autor en la conjunción de las letras, o una combinación de varios de estos elementos. En ciertas novelas hay algo que de repente nos hacer ver las líneas como un camino sin retorno hacia ese nuevo mundo que nos presenta, y ese momento es para mí, simplemente delicioso.

Si la primera lectura es el flechazo, el proceso de edición es, sin duda, la más bonita historia de amor correspondido. Durante ese tiempo de pulido y preparación del original, con sus varias y consecutivas fases, el editor bucea en todas las costuras del texto y establece una nueva relación con él y con su autor. Y en una editorial modesta como sinerrata, en la que prácticamente todo se hace en casa y por un número reducido de personas, este trabajo es todavía más intenso. Y en consecuencia, en mi opinión, más satisfactorio. Durante esta etapa nos conocemos el uno al otro (editor-manuscrito-autor-editor) y nuestra relación se desarrolla y afianza. A estas alturas no hace falta que diga cuánto me gusta esta parte de mi trabajo, ¿verdad?

Pues en eso estamos ahora, en el disfrute de conocernos y mejorarnos, dando forma a lo que, no tardando mucho, os presentaremos con toda la ilusión del mundo. La ilusión de que también vosotros os enamoréis perdidamente.