miércoles, 31 de diciembre de 2014

La última entrada del año


En el último día del año es prácticamente inevitable llevar la mirada atrás y también hacia delante; hacer acopio de lo pasado en 2014 y aventurar lo que llegará en 2015. En nuestro caso es fácil, las dos cosas casi se pueden resumir en una sola palabra: ¡libros! 

Este año que se acaba nos trajo una nueva aventura del cabo Holmes y nos permitió conocer un nuevo personaje, también miembro de la Benemérita, que ya está haciendo las delicias de los lectores y que seguro seguirá dando qué hablar, el sargento Carmelo Domínguez. Además, justo a tiempo para las fiestas, hace un par de semanas os presentamos nuestros packs con la serie de Lucía Solaz Frasquet, Manuscrito en el tiempo y El retorno de los bardos, y los dos casos del cabo Holmes, El rompecabezas del cabo Holmes y La decepción del cabo Holmes, a un precio excepcional, 7,99 €.

Para el año que viene esperamos poder conquistaros con nuevas historias, os podemos adelantar que la novela negra seguirá teniendo especial protagonismo, y os tenemos reservada una sorpresa de papel (sí, habéis leído bien, de papel) que llegará muy pronto.

Pero nada de esto, ni lo pasado ni lo futuro, sería posible sin los lectores. Sois vosotros los que hacéis posible que nuestras novelas tengan nuevas y múltiples vidas tras salir de las plumas de sus autores y que tanto ellos como nosotros mantengamos la ilusión y las ganas de seguir buscando nuevas historias que contaros.

A todos, ¡muy feliz año nuevo y maravillosas lecturas para el 2015!

martes, 23 de diciembre de 2014

Nuestras lecturas recomendadas


Llegadas estas fechas, cualquier medio que se precie publica su particular lista de mejores títulos del año o sus recomendaciones de lectura para estos días de asueto. Nosotros no queríamos ser menos y hemos preguntado a los autores de sinerrata por sus libros favoritos de todos los tiempos, para que así tengáis todavía más opciones entre las que escoger ese (auto) regalo que seguro que no falla.

Carlos Laredo ha disfrutado especialmente estos cinco títulos, todos leídos, nos dice, después del verano:
El jilguero, de Donna Tartt.
La liebre con ojos de ambar, de Edmund de Waal.
Postguerra, de Tony Judt.
Dimanches d’août, de Patrick Modiano.
El hotel New Hamshire, de John Yrving.

Maia Losch nos ofrece sus recomendaciones en varios géneros:
Una historia de amor y oscuridad, de Amos Oz, dentro del género autobiográfico e histórico.
Cumbres borrascosas, de Emile Bronte, en representación de los clásicos.
Pregúntale al polvo, de John Fante, escrita por un ex-convicto.
La vida ante sí, de Romain Gary, una novela fabulosa.
Una habitación propia, de Virginia Wolf, un ensayo para mujeres que desean ser escritoras.
La conciencia de las palabras, de Elías Canetti, otro ensayo, sobre la escritura en general.
El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, un ensayo filosófico-histórico sobre el hombre y la guerra.

José Morand, además, acompaña la lista con sus comentarios:
Canadá, de Richard Ford. Magnífica novela realista, muy bien contada; con esa manera de incidir en los detalles aparentemente insignificantes, tan típica de Ford, magnificándolos hasta niveles casi paradójicos.
Niveles de vida, de Julian Barnes. Un texto diverso, mitad ensayo histórico, mitad autobiografía; en el que para hablar de lo mismo (la pérdida de los seres amados) el autor recurre a reflexiones alegóricas, acerca de la necesidad del ser humano de elevarse para poder observarse en la distancia.
Botchan, de Natsume Soseki. Un libro muy divertido sobre un profesor torpe y despistado, un poco necio; un personaje quijotesco con el que no me ha costado sentirme identificado; contado con una extraordinaria economía de recursos y con la sensibilidad sutilísima de Soseki.
Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Un libro que habría que leer veinte veces antes de morirse; a mi modo de ver, parangonable, únicamente, con El proceso de Kafka... Si en El proceso aprendemos que todos estamos irremediablemente perdidos, en Pedro Páramo aprendemos que todos somos irremediablemente mezquinos y ruines, y difundimos de manera necesaria el infierno a nuestro alrededor.
Cegador, de Mircea Cartarescu. Un texto ilegible; como un mal sueño de quinientas páginas, en el que lo onírico lo impregna todo... Leerlo es como penetrar en un bosque espeso en el que las leyes son otras, desconocidas, misteriosas, absolutamente ilógicas. 

Las sugerencias de Fernando Roye son igual de atractivas aunque, como toca, algo inclinadas hacia la novela negra:
Tom Ripley, de Patricia Highsmith.
Cabaret Pompeya, de Andreu Martín.
Nuestros antepasados, de Italo Calvino.
Los incógnitos, de Carlos Ardohain.
El sombrero del cura, de Emilio de Marchi.

Lucía Solaz nos ofrece un listado muy completo y justificado:
Sputnik, mi amor, de Haruki Murakami. Llevaba al menos un par de años esperando en mi estantería. Cuando un autor es tan famoso, a veces soy reacia a leer sus obras. A pensar de los temas que toca, como la soledad y la imposibilidad de conectar de un modo profundo con otros seres, me resultó más intrigante que depresiva y me llamó la atención el empleo del lenguaje.
El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Publicado en 1943, más que un clásico infantil, se trata de un texto imprescindible para todas las edades. Es un placer volver a visitarlo y comprobar que siempre aporta algo nuevo y valioso.
Memorias de Idhún, de Laura Gallego. Le voy a regalar a mi sobrina de diez años el primer volumen de esta trilogía con la esperanza de que se enganche para siempre jamás a la lectura. Como dijo Albert Einstein, “Si quieres que un niño sea inteligente, léele cuentos de hadas. Si quieres que sea más inteligente, léele más cuentos de hadas”.
El caso de la mano perdida, de Fernando Roye. A pesar de no ser aficionada al género, de vez en cuando es saludable transitar otros pastos. He pasado un buen rato con una investigación que me llevó a sonreír por la dialéctica entre lo racional y lo irracional al modo del agente Ichabod Crane en el Sleepy Hollow de Tim Burton, además de revelarme un entorno tan desconocido como la vida en una casa cuartel a mediados del siglo veinte.
Tao Te King, atribuido a Lao Tse. El clásico chico que funda el taoísmo filosófico es breve, paradójico y lleno de sabiduría, un texto deliberadamente ambiguo que nunca falla a la hora de hacernos reflexionar.

Por si esto os parece poco, Javi de Ríos, articulista habitual de este blog, enlace especial con los medios y gestor de redes en la editorial, también ha querido aportar su granito de arena:
Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi.
Jim Botón y Lucas el Maquinista, de Michael Ende.
Cuentos escritos a máquina, de Gianni Rodari.
Relatos de lo inesperado, de Roald Dhal, (aunque incluyo más el autor que el libro).
1984 (también representando, en este caso, distopías como Fahrenheit 451 o Un mundo feliz).

Y ya para terminar, aquí van mis lecturas recomendas:
Mi familia y otros animales, de Gerard Durrell, porque ningún otro libro me ha hecho reír tanto, fuera la primera o la vigésima vez que lo leía.
La vieja sirena, de José Luís Sampedro, una de mis primeras lecturas “adultas”.
Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr, el primer libro-libro que recuerdo haber leído y que nunca me ha abandonado.
Ébano, de Ryszard Kapuściński, un ensayo imprescindible para conocer algo de África y sus complejidades.
La trilogía del Baztán, de Dolores Redondo, por su combinación de mitología vasco-navarra y novela negra de calidad en español.

¿No os han entrado unas ganas tremendas de haceros con alguno de ellos (o varios, o todos) y poneros a leer inmediatamente? Porque a mí sí...

jueves, 18 de diciembre de 2014

Un regalo de Navidad: La decepción del cabo Holmes a un precio especial

Llega diciembre, el año se nos escapa y nosotros estamos trabajando en varias sorpresas, y hoy al menos os podemos anunciar una de ellas. Uno de nuestros títulos, La decepción del cabo Holmes, está en promoción desde hoy, día 18 de diciembre, hasta el día 8 de enero, obviamente de 2015.

Su precio durante estos días va a ser de 2,99 euros, así que creemos que es una oportunidad que no podéis dejar escapar. Lo podéis encontrar disponible, desde estos mismos instantes, en tiendas online como Lektu, tanto en formato epub como mobi, en Amazon, para los fanáticos del Kindle, iTunes, paras los que tienen un dispositivo de Apple, y en formato epub en tiendas como Fnac, Kobo, Amabook, CasadelLibro, y otras.

Para quien no sepa de qué libro estamos hablando os recordamos que se trata de la segunda parte de la saga protagonizada por el cabo Holmes, de nuestro autor Carlos Laredo. El libro que abría la que esperamos sea una larga serie fue El rompecabezas del cabo Holmes.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Presenta tu manuscrito: consejos simples para escritores


No es ningún secreto que las editoriales recibimos una gran cantidad de propuestas editoriales por parte de los autores. Nosotros, sin ir más lejos, debido a nuestro pequeño tamaño y escasez de recursos, tenemos problemas para la adecuada gestión de todo lo que nos llega, lo que incluye entre otras cosas el registro de los originales, su lectura y evaluación, y la comunicación con los propios autores. Por este motivo, por ahora tenemos cerrada la admisión de manuscritos, pero lo cierto es que a pesar de ello diariamente seguimos recibiendo nuevas propuestas, por las que igualmente estamos agradecidos.

El escritor Javier Pellicer tiene una fantástica guía en varios artículos sobre cómo publicar una novela, de muy recomendable lectura para todos aquellos que buscan su camino a la publicación, en la que aporta valiosos consejos sobre cómo presentar la obra ante una editorial y que, en mi opinión, compila bastante bien los pasos a seguir para preparar y enviar una buena propuesta. Pero quería también aportar mi particular visión sobre el tema y dejaros aquí una lista nada sofisticada sobre lo que creo puede facilitar que en una editorial se interesen por tu manuscrito.

Previamente:
  • Haz un listado de editoriales que puedan estar interesadas en tu trabajo por su género o temática.
  • Busca información más detallada sobre cada editorial y échale un vistazo a su catálogo para comprobar que tu obra encaja en él.
  • Comprueba si piden activamente originales y sigue las instrucciones que especifiquen para enviarlos, si es el caso.
En tu mensaje:
  • Sé sincero y creíble. Por ejemplo, no alabes el trabajo de la editorial si no conoces lo que publica.
  • Si la editorial no está aceptando nuevas propuestas pero aún así quieres enviar la tuya, manda solo una presentación, lo más completa posible (ver más sobre esto en el siguiente punto), y espera a que te lo soliciten para enviar el manuscrito.
  • Una presentación no tiene por qué ser algo complicado o muy extensa, pero al menos debería contener el género de la novela, la sinopsis, y algo de información sobre ti (no hace falta que sea un currículum ni una lista de publicaciones, puedes simplemente contar tu relación con la escritura o con este trabajo concreto).
Y para terminar:
  • Siempre, siempre, siempre escribe una presentación, por simple que sea, con una propuesta concreta. Por muy bueno que sea tu trabajo si solamente dices algo así como pásate por mi blog y mira mis escritos, o échale un vistazo a mis libros publicados en Amazon, es muy posible que el editor nunca lo haga. De lo que se trata es de que alguien con tiempo limitado y muchas otras ofertas se interese por tu manuscrito, pónselo fácil. Peor aún es enviar un mensaje en blanco con un adjunto; si no te presentas puedes pasar por spam.
Como decía, es solo una lista simple con los aspectos que creo fundamentales para captar la atención de la editorial. Espero que pueda ser de utilidad.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Busca El caso de la mano perdida en estas librerías

Recapitulemos un poco. Ya os hemos contado que los e-books de sinerrata se pueden comprar ahora en librerías, en formato de tarjeta de descarga. También os hemos explicado que de momento hemos empezado con un libro, nuestra novedad, El caso de la mano perdida, pero que estamos trabajando para poder ofrecer todo nuestro catálogo de esta innovadora forma.

Hoy queremos compartir con vosotros la relación de librerías en la que podéis adquirir nuestros libros. Un listado que iremos actualizando a medida que nuevas librerías se sumen, poniendo a vuestra disposición nuestros títulos. ¡Comenzamos!
Nota: Esta información ha sido actualizada por última vez el día 9 de enero de 2015.

jueves, 27 de noviembre de 2014

El caso de la mano perdida en imágenes

Hace un par de semanas os presentamos aquí nuestro nuevo libro, El caso de la mano perdida, una excepcional novela negra española que ya está cosechando muy buenas críticas.

Uno de los puntos fuertes de esta novela es su protagonista, el sargento Carmelo Domínguez, cuya peculiar personalidad y forma de resolver los casos no dejará a nadie indiferente. Pero hay un rasgo suyo muy especial, el que da nombre al blog sobre el personaje y que podéis adivinar con este vídeo:



En El caso de la mano perdida encontraréis además crimen, misterio, secretos del pasado y un excepcional retrato de una España rural aquejada por la dictadura y los efectos de la posguerra. Pero nadie mejor que su propio autor para contarnos todo sobre la novela en esta curiosa entrevista:

jueves, 20 de noviembre de 2014

¡Ya estamos en las librerías!

Recuerdo que la primera vez que conocí en persona a Amalia López, editora de esta casa fue en Bilbao, hace más o menos dos años, en LiburuTEKia, un evento sobre literatura y tecnología. Ella compartió mesa de debate con los dueños de dos librerías bilbaínas, de las más importantes, Cámara y Tintas. Y recuerdo perfectamente una cosa que dijo aquel día, más o menos algo así: "Nosotros somos digitales, pero creemos que debemos estar en las librerías, y queremos estar".

Bueno, pues Amalia ha conseguido que sinerrata esté en las librerías. De momento un título, El caso de la mano perdida, de Fernando Roye, pero se está trabajando para que esté todo el catálogo. Y esto es posible gracias a SeeBook, un proyecto de la empresa Digital Tangible, que permite que los e-books estén presentes de forma física en las librerías, como tarjeta de descarga.

El funcionamiento es muy sencillo, el libro se puede descargar en varios formatos, (ePub, mobi o PDF), y además sin DRM. Se puede hacer en una web, introduciendo un código, y se puede hacer de forma aún más rápida usando un código QR.

Se podrían destacar muchas cosas: que es cómodo, que podemos lucir las portadas de nuestros libros, que nos hace ilusión, pero lo más importante es la puerta que se abre, o las puertas, mejor dicho, las puertas de muchas librerías, de ciudad, de barrio, de pueblo.

Pronto difundiremos en qué librerías están presentes nuestros libros, ya sea aquí, o en las redes sociales, o en nuestro newsletter. Pero de momento nos apetecía un montón compartir la foto de la novela de Fernando, bien visible, en una librería de Sabadell, La Llar del Llibre:

jueves, 13 de noviembre de 2014

La cultura y el libro digital

Existe una incontable cantidad de libros que aún no han sido publicados en formato digital. Debido a mis gustos literarios y al hecho de que vivo en Israel, me resulta muy difícil y costoso acceder a muchos de ellos que solo existen en papel.

En Israel existe una única tienda de libros en español que ofrece una gran variedad de autores. Pero jamás será la misma que la que es posible hallar en un país de habla hispana con librerías por doquier. Suele ocurrirme que un libro me conduzca a otro, o que lea algún artículo que llama mi atención sobre algún autor en particular. Entonces llamo a la tienda (o a mi padre, que trabaja allí) y pregunto si lo tienen o si me lo pueden conseguir. No siempre es posible, no solo porque el mismo quizá ya no se edita más o porque el precio de importación sería increíblemente alto. En varios casos no me queda más remedio que proceder a la piratería y bajarlo de alguna de las webs que "delinquen" y a las que doy gracias por comprender que no siempre la piratería es producto de la falta de respeto por el trabajo ajeno sino más bien lo contrario: la obsesión por llegar a aquel autor que consideramos importante en nuestro proceso de aprendizaje sobre las obras que pueden aportarnos nuevas riquezas como individuos amantes de la literatura. Si lo consigo por este medio, lo más probable es que deba convertirlo a pdf o mobi. Si lo convierto a mobi, no me figuran los números de las páginas. Si lo convierto a pdf, los saltos de página no son exactos y la búsqueda del párrafo último leído hace que deba volver sobre lo mismo, cortando así la normal secuencia de lectura. Una se acostumbra, pero no es lo mejor.

Si el libro existiera en formato digital, todo esto sería innecesario. Yo podría comprar los libros que me interesan y el autor podría llegar a más autores y cobrar por ello. Escribo todo esto por la decepción que me causa seguir leyendo, en un mundo globalizado en el que las migraciones son constantes, que aún hay quienes se resisten a los libros digitales, que le restan valor o los consideran de menor calidad. Son sobre todo los intelectuales que se enamoran de la obra pero no aprecian a los lectores. Son los mismos que luego sostienen que la obra se completa con el lector, que se acaba de escribir con ellos, pero que en su sesgada y dogmática visión del mundo literario no comprenden que harían bien en situarse a favor del avance tecnológico. Dicho avance promueve el arte, lo socializa, hace que llegue a todos y no solo a los que pueden pagar un pasaje de avión a México o a España una vez al año y proveerse de lectura para el año venidero. También ayuda a quienes no han tenido la suerte de vivir siempre cerca de su amado librero.

Limitar el libro digital es ponerle trabas a la cultura. Cuando un hombre culto desprecia el libro digital está, ni más ni menos, que despreciando a miles, millones, de lectores.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Presentamos El caso de la mano perdida

http://www.sinerrata.com/component/k2/item/10-el-caso-de-la-mano-perdida

Es posible que ya lo sepáis porque nos hace mucha ilusión y lo vamos gritando a los cuatro vientos: mañana sale a la venta El caso de la mano perdida, la última incorporación a nuestra colección sinrastro, dedicada al género policíaco.

Con esta novela no solo queremos seguir contribuyendo al magnífico panorama del género negro en español, sino que nos adentramos una vez más, aunque desde una perspectiva distinta, en ese mundo tan particular de la Guardia Civil. Y además, damos la bienvenida a la familia a Fernando Roye, un joven y talentoso autor que nos ha cautivado con su primera incursión en el género.

En esta ocasión nos desplazamos a Andalucía, en plena Sierra Morena, y en la época de la posguerra española, los años cincuenta. En un pequeño pueblo de la serranía aparece una mano seccionada y el sargento de la Guardia Civil responsable de la demarcación, Carmelo Domínguez, se hará cargo de la investigación. Pero Carmelo no es un guardia al uso y sus peculiares métodos deductivos no dejarán a nadie indiferente. Tampoco ayudará que al mismo tiempo, todo el pueblo y los poderes locales están más interesados en la próxima visita del Caudillo.

En El caso de la mano perdida podréis encontrar intriga, secretos, conspiración, humor, muchas referencias a la literatura policíaca clásica y también una especial mirada a la vida en los pueblos en un tiempo no tan lejano pero ya casi aparcado en el olvido.

Como siempre, podéis encontrar toda la información sobre el libro en nuestra web, incluyendo el primer capítulo para descarga o lectura en línea, y saber más del especial universo de la novela, sus personajes y sus futuras aventuras en el blog La mirada azul y negra.

jueves, 30 de octubre de 2014

Sigue el Congreso del Libro Electrónico de Barbastro en directo #CongresoEbook

Si os pasa como a nosotros, que trabajamos en equipo, pero de forma descentralizada, y al parecer todos bastante lejos de  Barbastro, puedes seguir todo lo que se está contando en el II Congreso del Libro Electrónico, que se está celebrando hoy, y sigue mañana, (30 y 31 de octubre), en la ciudad oscense.


Y lo podéis hacer de varias formas, aunque especialmente de dos de ellas. La primera es la red social que mejor se presta para la retransmisión, y el debate en directo, de este tipo de eventos: Twitter. Allí podéis seguir lo que cuentan desde el perfil oficial del congreso, @CongresoEbook, o mejor aún, desde el hashtag #CongresoEbook, donde se pueden leer todos los comentarios de la gente que, como yo mismo, estamos siguiendo las mesas redondas y las charlas en directo.

¿Y cómo las estamos siguiendo? Ahora iba con ello, en la web del Congreso vía streaming se puede ver la totalidad del programa. Os dejo el enlace para ver la retransmisión de hoy, día 30, y el de mañana, día 31.

Y aquí podéis consultar el programa completo, para poder decidir que charlas queréis seguir.

De momento, nada nuevo bajo el sol, pero de las conclusiones del congreso ya hablamos otro día.

viernes, 24 de octubre de 2014

Y estos son los booktubers que reseñaron Entre Sombras

Supongo que los que seguís este blog os acordáis que a finales de agosto hicimos un llamamiento buscando booktubers que les apeteciera videoreseñar un libro en concreto: Entre sombras, de Lucía Solaz Frasquet.

La verdad es que hemos quedado bastante contentos con la experiencia, y esperamos que todos los youtubers especialistas en libros que han respondido al guante lanzado también. Vamos a dar la campaña por (casi) finalizada, aunque si sigue llegando alguna reseña más de las que están pendiente actualizaremos este artículo con ella.

Nuestra intención es ser sumamente transparentes, y vamos a enlazar en estas líneas todas las reseñas recibidas. Las buenas, que son la mayoría, y alguna no tan buena, pero que también ha sido difundida en nuestras redes sociales, ya que ese era nuestro compromiso. Antes de empezar con el listado, dos cosas: en primer lugar vamos a compartir uno de los vídeos, una reseña que nos ha parecido muy completa aunque todas nos han interesado; y en segundo lugar os voy dar un par de cifras.
  
19 personas mostraron interés en hacer la reseña. 2 se "perdieron por el camino" y no contactaron más cuando se les preguntó qué formato preferían. Hay otras 5 personas que ya tienen el libro pero aún no han hecho la reseña; si nos la hacen llegar la difundimos y las añadimos al listado. Eso nos deja 12 reseñas hechas, una solo por escrito, varias tanto en vídeo como en texto, y la mayoría solo en video. Vamos con ellas.
Y estas son todas las videoreseñas:
¡Muchísimas gracias a todos!

jueves, 16 de octubre de 2014

El siguiente paso


La semana pasada comentaba de pasada aquí mismo la última edición de Liber y, a través de lo que ya se había escrito sobre ella, la decepción generalizada con la feria y su trayectoria en los últimos años.

En mi caso, uno de los motivos de esta decepción es el escaso, o nulo, avance en el ámbito digital. Las grandes y medianas editoriales se han puesto la careta de “nosotros también somos digitales” pero no hacen el menor esfuerzo, no ya por innovar sino simplemente por realmente creer en el formato y apostar por él. Por ejemplo, hace un par de días me desayunaba con la noticia de que Planeta se está planteando vender conjuntamente las versiones digitales y en papel de sus libros, lo que, en mi opinión, no se sostiene por ninguna parte. No solo transmite el mensaje de que el libro electrónico no tiene valor por sí mismo sino que resulta innecesario para una buena cantidad de lectores que ya leen en un formato o el otro. El mensaje que yo capto es que Planeta no tiene ningún interés en su negocio digital, como, por otro lado, ya ha demostrado en otras ocasiones, pero el resto de grandes editoriales y grupos tampoco van muy por delante.

Me tenéis que perdonar porque una vez más no tengo respuesta, pero me pregunto cuál es el siguiente paso que tenemos que dar para normalizar el formato digital en nuestro país. A estas alturas casi todo el mundo ha oído hablar de los ebooks y muchos lectores han tenido alguna experiencia digital, sin embargo los que nos dedicamos a esto seguimos hablando de los mismos temas y teniendo las mismas discusiones, dando la impresión de que apenas nos hemos movido en los últimos tres o cuatro años.

Encuentros, charlas, congresos, son todos muy bienvenidos y necesarios, como también nuevas iniciativas e ideas, es imprescindible que busquemos y consigamos dar ese paso hacia delante que nos saque de este eterno nuevo-pero-no-todavía paradigma, como se comentaba en los momentos finales de la charla #ebookspain de hoy mismo en Twitter.

jueves, 9 de octubre de 2014

¿Para qué sirve la FGEE?


La entrada de hoy iba a versar sobre mis impresiones de la recién finalizada feria Liber pero revisando lo que otros han escrito sobre ella (como por ejemplo Manuel Gil, en su blog Antinomias Libro), mucho mejor que lo que yo podría hacerlo y contando prácticamente lo mismo que ya tenía pensado decir, me ha surgido la pregunta que títula esta breve reflexión y para la que no tengo respuesta: ¿para qué sirve la FGEE?

Nosotros no pertenecemos a ningún gremio oficial de editores (sí, en cambio, a una pequeña, como nosotros, asociación de editores independientes de la que ya he hablado en alguna ocasión, APEI, y cuyo objetivo es la colaboración entre nosotros para así ser un poco menos pequeños), porque el gasto que nos supone afiliarnos es difícilmente rentabilizable para una editorial de nuestro tamaño y recursos, pero también porque hemos creído que estas grandes organizaciones difícilmente van a representarnos, menos aún en nuestros comienzos como editores digitales, momento en que la federación estaba en su punto álgido antidigital.

Con el tiempo, siguiendo ya más de cerca su trayectoria, nos hemos reafirmado en nuestra decisión, a la que nos consta se han sumado más editoriales (o nosotros nos sumamos a ellas), y cada vez notamos más y más quejas, como la de Manuel Gil en el post que antes mencionábamos sobre Liber, o la de Bernat Ruiz en su blog verba volant, scripta manent en una entrada a cuenta de Editrain que termina exactamente con la misma pregunta con la que yo empezaba esta: ¿para qué sirven?

Si alguien tiene respuesta, te esperamos en los comentarios.

jueves, 2 de octubre de 2014

Yo quiero una Expresso Book Machine

Y no sé por qué mientras lo digo me imagino cantándolo a coro con James Brown, pero chanzas a parte a mí me parece un gran invento. Recordemos que antes de que todos habláramos del libro electrónico como ese gran cambio, aunque lento, por el que está pasando la industria editorial, hubo otra pequeña gran revolución: la de la impresión bajo demanda, (POD en sus siglas en inglés, que se usan mucho). ¿Esto qué significa? Básicamente que las técnicas de impresión han mejorado tanto que es factible, a mayor costo, pero sin que se dispare de forma estratosférica, imprimir un solo libro, y poner en marcha el proceso en el mismo instante en el que un lector decide adquirirlo.

Esta idea pasó a ser un hecho especialmente gracias a la venta por Internet, que puede ser, en algunos casos, directa, sin intermediarios. Y aunque las grandes editoriales no parece que tiren demasiado de ella, sí que fue muy importante para algunos sellos pequeños, y para escritores que se autopublicaban, ya que al menos hacía inncesaria una fuerte inversión en una tirada inicial.

Pero la Expresso Book Machine nos vuelve a situar en la compra en un espacio físico, ya que, para entendernos, estamos hablando de una pequeña imprenta autónoma, que en unos minutos nos "manufactura" un libro, (o más, claro), a partir de un PDF. La idea es que nosotros podríamos ir a una librería donde tuvieran la maquinita de marras, consultar un catálogo, que podría incluir las obras de las editoriales que lo tuvieran a bien, y seguramente infinidad de clásicos o textos libres, dar un botón, y llevarmos nuestro libro calentito como una barra de pan.

Según creo, desde hace muchos años hay maquinas de este tipo, por ejemplo, en la Biblioteca Pública de Nueva York. Como pasa con el e-book no ha habido una gran revolución, una eclosión fulminante del invento, pero se van dejando ver. Hace un año y medio leíamos en Actualidad Editorial que un gran grupo, Penguin, entraba en el programa de impresión bajo demanda de la impresora Expresso Book Machine. Este mismo mes nos cuentan en Papel en Blanco, que es una gran cadena de librerías norteamericana, Barnes & Noble, la que va a probar las máquinas, y lo que ello conlleva en sus establecimientos. Paso a paso.

Por cierto, en sinerrata, como continuación de nuestro carácter digital, estamos trabajando en la opción de poder comprar nuestros libros en papel gracias a la impresión bajo demanda. ¿A qué estaría bien poder comprarlos en una librería gracias a una máquina de este tipo?

jueves, 25 de septiembre de 2014

Entrevista a Maia Losch, autora de "Allí donde el viento espera"

No sé a vosotros pero a mí me encanta conocer todo lo que puedo sobre mis autores favoritos, en especial en lo que tiene que ver con la escritura y sus aficiones, así que hoy os traigo esta minientrevista a Maia Losch, la autora de Allí donde el viento espera, por si sois igual de curiosos que yo.


—¿Cuándo empezaste a escribir?

A los ocho años. Mi historia en cuanto a este tema se podría dividir en dos etapas: de los ocho a los veintiuno-veintidós, y de los treintaisiete hasta ahora, que tengo cuarenta y tres. En el intermedio no leí ni escribí casi nada. Hubo una fuerte negación de mi parte, supongo. También fue una época de mucha actividad en el área familiar, laboral. Se me hacía imposible combinarlo todo. Y estaba también la necesidad de aprender un nuevo idioma, el hebreo, para adaptarme a mi nueva vida. 

—¿Por qué crees que escribes?

No lo sé muy bien. He de ser masoquista.

—¿Buscaste mucho antes de dar con Sinerrata?

Sí. Envié mi manuscrito y cartas de presentación a varias docenas de editoriales y agentes. La mayoría ni siquiera se molestó en responderme. Cuando di con Sinerrata me estaba planteando seriamente vender mi libro por Amazon, autopublicarme. Había leído bastante al respecto. Tenía también la opción de trabajar con un agente israelí pero la propuesta era la coedición y no me terminaba de convencer. Cuando Amalia me propuso publicar mi novela, me sentí muy afortunada. Además, algo que Amalia no sabe es que su respuesta llegó el mismo día de mi cumpleaños.

—¿Qué historias te gustaría contar?

Todas las que vayan surgiendo, no es algo que tenga aún muy claro. Hay muchos temas que me resultan interesantes. Incluso Allí donde el viento espera, si me preguntas de qué se trata, cuál es la historia, no te sabría responder con claridad pues, a mi parecer (y esto habría que preguntárselo a Amalia quizá), yo creo que hay allí reunidas varias historias en un mismo libro. No sé si es correcto, si esto cumple con las reglas.

Es probable que mi respuesta dé lugar a confusiones, a que el lector crea que no pensé acerca de lo que estaba escribiendo mientras desarrollaba el libro o que no me planteé preguntas y esto no es así. Cada frase es la respuesta no a una sino a varias preguntas, pero no necesariamente referentes a la historia sino al personaje, a la forma. Realmente creo que no hace falta definirlo todo cuando hablamos de creación. Uno escribe. No siempre sabe muy bien por qué, para quién o de qué. Lo cierto es que no me interesa tampoco cumplir con todas las reglas cuando escribo.

—¿Qué haces mientras escribes?

Suelo ser muy dispersa y hacer varias pausas. En esas pausas respondo mails, busco información que me pueda servir para lo que estoy escribiendo en ese momento, apunto datos que me parezcan interesantes como para utilizar en algún cuento futuro o simplemente pienso en cómo continuar la historia en la que estoy trabajando. Y tomo café. 

—¿Tienes algún ritual mientras escribes?

No sé si se puede considerar un ritual pero siempre apoyo las piernas sobre la silla que tengo en diagonal a la mesa sobre la que escribo, que es la del salón. Lamentablemente, no tengo aún esa "habitación propia" de la que hablaba Virginia Woolf.

—¿Cómo es un día normal en tu vida?

Me levanto a las siete de la mañana, preparo el desayuno de mis dos hijos y jamás me voy a dormir sin leer antes. Todo lo demás es flexible y depende del trabajo de turno. He intentado ser solo escritora pero por el momento resulta imposible. Así que, en los últimos años he tenido trabajos parciales e inestables sin horarios fijos. He intentado acomodar mi vida alrededor de mi familia y la escritura. Lo demás, cambia bastante seguido.

—¿En qué se te pueden pasar las horas sin que te des cuenta?

Escribiendo.

—¿Qué haces cuando estás estresada?

Fumo.

—¿Tu música preferida?

Jazz y blues.

—¿Películas que te hayan gustado este año?

Maleficent, Pride. La verdad es este año he ido más al cine a ver películas para niños que para adultos. Tengo una lista de películas y libros pendientes que en lugar de disminuir, cada año va en aumento.

—¿Películas para volver a ver?

Citizen Kane, 12 Angry men, Blade Runner, Cinema Paradiso, Le Havre, The concert, The untouchables, Wings of desire, 4 hours from Paris, Leonera, Saving Grace, The band's visit y muchas más cuyo nombre no me viene ahora a la cabeza.

—¿Eres seriéfila? ¿Tus preferidas de este año?

No. Siempre prefiero leer que ver series. El día tiene 24 horas de las cuales intento dormir 7 y bueno…

—¿Tus recuerdos de escritura: momentos que escribías, leías a lo largo de tu vida y que son memorables?

En el primer periodo escribía mayormente durante las noches, en cuadernos con espirales. Escribía con birome. Cuentos, poemas y llevaba un diario. Nada de eso existe ya. Recuerdo el día en que quemé todo aquello.

En cuanto a momentos memorables de lectura, durante mi adolescencia. Aún puedo verme recostada o sentada en mi cama y leyendo sin poder detenerme. Estaba en otro mundo.

—¿Mientras escribes qué sueles beber?

Café.

—Imagina un árbol genealógico típico. E imagina que en lugar de personas son libros. ¿Cómo lo completarías? Libros madre, padre, hermano, hermana y abuelos...

Los enamoramientos, de Javier Marías: mi marido. 
Vamos a calentar el sol, de José mauro de Vasconcelos: mis hijos.
Una habitación propia, de Virginia Woolf: yo.

Historia de amor y oscuridad, de Amos Oz: es mi padre.
Piedra por piedra, de Batya Gur: mi madre.
Crimen y castigo, de Dostoievski: mi hermano.

Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas: mi abuela paterna.
Cumbres borrascosas, de Emily Brontë: mi abuela materna.
Errata, el examen de una vida, de George Steiner: mi abuelo paterno.
La memoria de la piel, de David Grossman: mi abuelo materno.

No tengo la menor idea del porqué de esta elección. 

viernes, 19 de septiembre de 2014

Las bibliotecas del futuro: demasiadas incógnitas

Me encantaría dedicar un artículo a hacer vaticinios, a aportar algo de claridad sobre cuál puede ser el futuro de las bibliotecas. Pero me temo que como casi todo el mundo, no tengo más que dudas. A esta sensación hay que sumar una endeble certeza: la de que las decisiones que se tomen "desde arriba" pueden hacer que, digitales o no, las bibliotecas del futuro mantengan más o menos su propósito actual, que no lo hagan, o que desaparezcan. Estoy pensando, reconozco, más en las bibliotecas de ciudades y barrios, que en las de las universidades, institutos tecnológicos u otros centros del saber, de cuyo futuro no tengo dudas. La primera pregunta que me hago es si hay gente interesada en fulminar el modelo actual, las bibliotecas de barrio tal y como las conocemos, basado en el préstamo de libros en papel. El nuevo canon a las bibliotecas públicas, que al parecer no apoya casi nadie, supone, de facto, que las bibliotecas tengan que pagar dos veces por cada libro, al adquirirlo, y esta tasa, que sería mayor cuantos más socios tenga la biblioteca. Bueno, un inciso, algunos como CEDRO no lo apoyan simple y llanamente porque pensaban sacar una mayor tajada de este asunto. Yo considero que es una de esas medidas pan-para-hoy-hambre-para-mañana.

La segunda pregunta se la hace mucha gente: ¿las bibliotecas del futuro serán digitales? En este caso pienso que es una pregunta innnecesaria. La realidad, las necesidades, (y me temo que las decisiones arbitrarias de unos y otros), irán marcando el ritmo de esta hipotética transformación. Si he de mojarme diría que en las bibliotecas "normales", que se nutren de todo tipo de libros, el cambio será lento, con predominio del papel durante muchos años, y la introducción paulatina de las nuevas tecnologías. Mientras que en las librería universitarias, que se nutren de libro técnico, creo, intuyo, que la transformación se irá acelerando, y que se tenderá a trabajar en red, a compartir materiales y conocimiento, y a que haya más espacio para la consulta y el estudio, y menos para el papel. Estos días ha circulado por la red la noticia de la inauguración de una biblioteca (técnica) sin libros. Se ha dicho que es la primera, cuando no lo es, y se ha jugado al despiste con la redacción de las noticias, ya que en algunos casos daba la impresión de que el hecho de que no tuviera libros de debía a un error de Calatrava, que bueno, no es que piense demasiado en los usuarios de los edificios que diseña, pero no creo que llegue hasta ese punto.

No acaban aquí ni las noticias, ni las preguntas. En Xataka nos cuentan una polémica que llega desde Alemania. El Tribunal Europeo de Justicia ha dictaminado que las bibliotecas podrán digitalizar obras sin el permiso de los editores; eso sí, remiten al cumplimiento de las legislaciones locales. Aunque la polémica, aclara el artículo de Xataka, estriba más en el hipotético derecho de copia que en el de consulta: ¿puedes llevarte toda la obra en un pendrive?, ¿puedes imprimirla? Simplemente hay cosas que están pendientes de ser reguladas, como en su momento se reguló qué porcentaje de un libro en papel puedes fotocopiar (ignoro cómo está ahora mismo ese tema).

La cuarta y última pregunta es para mí la más importante. De acuerdo, las bibliotecas van a ser, al menos en parte, digitales, ¿cómo regulamos el derecho a lectura o consulta? En Diario Turing nos hablan de EBiblio, la plataforma que va a gestionar el préstamo de e-books en España. Nos cuentan que va a haber dispositivos que se van a quedar fuera, los Kindle de Amazon, por incompatibilidad del DRM. Nos cuentan que la gestión de la plataforma recae en Libranda, (era bastante previsible). Y sobre todo nos cuentan que hablamos tan solo de 200.000 licencias pagadas, y de 1.500 títulos a disposición de los lectores en formato e-book. El número de libros está claro que es pequeño, y el de las licencias también lo es, si nos paramos a analizar que tienen limitaciones de diversos tipos (20 meses de duración o 28 lecturas cada una de ellas). Yo entiendo que las plataformas y las editoriales busquen rentabilizar su trabajo, en ello estamos todos, pero creo que poner en marcha un sistema de bibliotecas públicas, y que la primera piedra sea cómo rentabilizamos cada lectura, me parece que ya de entrada lastra todo el modelo y el desarrollo, y que nos llevará a un servicio muy deficiente, o a unos costes para mejorar el sistema inasumibles por las administraciones. De nuevo, como en la primera pregunta, pan-para-hoy-hambre-para-mañana.

jueves, 11 de septiembre de 2014

La piratería (desde el punto de vista de un autor)


Cuando pagar por la cultura es asegurarse de que se continúa produciendo

Voy apenas a abordar un tema tan espinoso como complejo. Levanta ampollas y afecta a obras de distintos tipos (música, literatura, cine, programas informáticos, videojuegos, programas audiovisuales), pero aquí me voy a centrar sobre todo en mi (limitada) perspectiva y experiencia personal como escritora. No pretendo hablar por todos los artistas y profesionales ligados a las industrias mencionadas. Aunque no lo parezca, estoy tratando de ser breve.

Uno de los temas que mis alumnos de bachillerato tenían que considerar era la piratería. Ni ellos ni yo misma nos habíamos parado a considerar todas las implicaciones. La mayoría no creía que bajarse una canción o una película de Internet, algo tan habitual, supusiera un problema y reaccionaban de las formas más graciosas cuando empezaban a darse cuenta de por qué suponía un delito. Muchos de nosotros actuamos por mera ignorancia y hemos creado una cultura de no pagar por la cultura, inconscientes de las consecuencias fatales que eso acarrea.

El mes pasado me hicieron partícipe, a través de Facebook, de la lucha de una serie de autores cuyas obras (las mías incluidas) se estaban vendiendo a través de una página no autorizada. Una de las escritoras apuntaba además que el precio de venta que le habían puesto esos piratas a su novela era superior al precio por el que estaba disponible de forma legal en Amazon.


Según la UNESCO, la piratería consistía tradicionalmente en la reproducción y distribución no autorizadas, a escala comercial o con propósitos comerciales, de ejemplares físicos de obras protegidas. No obstante, el rápido desarrollo de Internet y la utilización masiva en línea, no autorizada, de contenidos protegidos, en la que con frecuencia no existe el elemento “comercial”, han suscitado un intenso debate. La cuestión acerca de si dicho uso es un acto de “piratería” y si se debe abordar de la misma manera que la piratería tradicional, constituye el eje del debate actual sobre el derecho de autor. Están surgiendo distintos puntos de vista, a menudo divergentes, y las respuestas a la cuestión difieren de un país a otro.

Hay quien se resiste con toda razón al término "piratería" porque resulta discutible que “te roben algo”. Si alguien me roba la cartera, me quedo sin ella, lo que no ocurre si alguien se descarga mis libros de forma ilegal. Tampoco quiere decir que haya perdido una venta, pues esa persona puede que jamás hubiera pagado por mi novela. Sinerrata, además, se separa de aquellas estrategias editoriales que pretenden combatir este fenómeno con sistemas de protección (de muy dudosa eficacia) que criminalizan al usuario con el empleo de DRM, por poner un ejemplo. 

En busca del mecenas perdido

El lector medio desconoce la cantidad de trabajo que se encuentra detrás de un libro. Yo tampoco lo sospechaba antes de empezar publicar. Para el escritor, se trata de meses de dedicación (dos-tres años largos por novela, en mi caso). A eso se le añade la labor del editor, correctores varios, portadista, maquetador… En este magnífico artículo, el escritor Javier Pellicer lo explica muy bien. Este es un trabajo que existe con independencia de que se trate de un libro en papel o en formato digital. Puedo asegurar que sinerrata, la editorial que ha publicado tres de mis novelas, se ha esforzado al máximo para proporcionar libros electrónicos cuidados en extremo y a un precio más que razonable.

¿Es una cuestión de precio? Mis novelas se venden a menos de cinco euros. Como lectora, diría que es un precio más que ajustado por las horas de entretenimiento que proporcionan. Me alegra mucho que el catálogo de sinerrata se ofrezca de forma gratuita a través de la plataforma 24symbols, de modo que quien desee leerlo no se encuentra en posesión de una excusa válida para delinquir. Como señalaba, muchos de nosotros actuamos por puro desconocimiento. No creo que el lector medio tenga conciencia de lo que supone descargar ilegalmente un libro en lugar de comprarlo, de la bofetada que le dan al autor y a los profesionales de la editorial que lo publica. “Tu producto me resulta atractivo, pero no lo respeto lo suficiente para estar dispuesto a pagar por él”.

Este tema me recuerda la vieja asunción de que el artista trabaja gratis. Hace unos años me invitaron a participar en un programa de la extinta televisión valenciana. Iban a tratar el miedo y, al parecer, la autoría del análisis cinematográfico de Freaks/La parada de los monstruos me acreditaba como experta. Como las fechas coincidían con mi estancia en Valencia por vacaciones, acepté. En ningún momento se mencionó compensación económica alguna por mi tiempo ni la preparación necesaria. Recuerdo que en aquel momento pensé con cierta indignación que seguro que Belén Esteban no realizaba apariciones televisivas gratuitas. Lo mismo volvió a ocurrir más adelante con mi participación en programas radiofónicos y espero haber aprendido la lección. Como la chica de la ilustración, yo tampoco necesito publicidad, muchas gracias.


Sospecho que el público en general piensa que los escritores ganamos dinero a espuertas. La triste realidad es que, ahora y siempre, son muy escasos los autores que pueden (sobre)vivir de la escritura. Los artistas acaudalados, en cualquier disciplina, son la excepción que confirma esta triste regla. Casi todos nos dedicamos a otras labores en paralelo porque, como todo hijo de vecino, tenemos facturas que pagar. En mi caso, tengo la suerte de que me encante la enseñanza, porque los derechos combinados de mis cinco libros a la venta en este momento me deben proporcionar algo así como cien euros al año.

Así pues, tras la odisea que supone publicar, la ingenuidad y el entusiasmo de muchos de nosotros se ven empañados por la cruda realidad. Asumimos, en algunos casos, la posibilidad de no llegar a vivir de nuestro trabajo. Eso significa que los que disfrutan con nuestras historias tendrán que esperar bastante más para leerlas porque apenas podemos dedicarles tiempo. También puede significar que algunas de estas historias no lleguen jamás a materializarse por simple agotamiento del autor, que tiene que hacer malabarismos y escribir robándole horas al sueño. Otros acabarán tirando la toalla. Cuando alguien da mucho más de lo que recibe durante demasiado tiempo, termina marchitándose en cuerpo y alma.

Digamos que, como la mayoría de los autores, yo escribo para que me lean, y no para ganar dinero (aunque no estaría de más combinar ambas opciones). Hace años que vengo poniendo a disposición del público muchos de mis escritos, incluyendo populares artículos sobre cultura gótica o mi tesis sobre Tim Burton, seiscientas páginas a las que dediqué más de tres años de mi vida. Todo está a aquí y, salvo alguna escasísima excepción, nunca he ganado ni un céntimo por tantas horas de dedicación. No acaba de importarme porque yo misma me beneficio de esas maravillosas instituciones llamadas bibliotecas y otros materiales gratuitos.

Prefiero que me lean y perder dinero a que no me lean en absoluto. Y digo “perder” en lugar de “no ganar” porque el mismo acto de escribir supone una inversión importante, más allá del tiempo y el esfuerzo, como puedan ser viajes o la adquisición de libros y otros materiales ligados a la investigación y publicación.

Si una persona descarga una de mis novelas de forma ilegal, desde luego que apenas me va a afectar a corto plazo, pero si vamos sumando una tras otra, al final va a resultar en que mi editorial, independiente y valiente, tendrá que cerrar sus puertas. Como tantas otras.

Mi postura frente a esta llamada piratería es, pues, ambivalente. Por una parte, lo que más me interesa es que mis libros se lean y se disfruten. No me tiro de los pelos cuando los descubro en otra página de descargas ilegales, aunque no me haga ninguna gracia tampoco.

Por otra parte, no deja de resultar triste que haya tantos lectores que no se paren a considerar que el autor y los profesionales que han trabajado tan duro para que ellos puedan gozar de un producto bien hecho merecen algo a cambio de sus desvelos. He visto incluso un blog que ofrece descargas ilegales declarando que con ello “pretenden fomentar la literatura”. ¿En serio? ¿Negándoles una justa recompensa a los que la hacen posible? Curiosa forma de agradecimiento.

Para bien o para mal, en estos momentos la cultura se apoya en una industria que precisa de mecenas. Cuando compramos un libro nos convertimos en ese "protector de las artes y las letras" que contribuye a que el autor y la editorial puedan continuar proporcionándonos esas historias que tanto nos deleitan.


Como este devastador vídeo pone de manifiesto, el arte hace que la vida valga la pena ser vivida.



jueves, 4 de septiembre de 2014

¿Está muerto el e-reader?


Desde hace ya algún tiempo venimos escuchando sobre la posible y probable desaparición del lector de tinta electrónica. Ya desde el inicio del reinado de las tabletas (ahora ligeramente amenazado por una estabilización en sus ventas) se empezó a especular con que estas “matarían” al ereader, y el fracaso de los dispositivos Nook y la retirada total del mercado de los ebooks de Sony han intensificado esa impresión.

Sin embargo, Kobo no opina lo mismo, presentando la semana pasada su flamante nuevo lector, incluso resistente al agua. Obviamente, eso no significa nada en sí mismo, salvo que la compañía sigue apostando por la tinta electrónica y cree que todavía tiene futuro, pero me ha llamado la atención una de las afirmaciones que hacen en su nota de prensa [traducción libre]: “Estamos sobre todo interesados en la gente que pone los libros en el centro de sus vidas, qué es lo que quieren ver a continuación, qué es lo que les apasiona”. Lo que me transmite esta frase es que ellos, como yo, piensan que los lectores “de intensidad” prefieren los ereaders a las tabletas y quieren ofrecerles mejores opciones. Y también que estos lectores están dispuestos a invertir en aparatos que mejoren su expriencia de lectura, no tanto que le permitan desarrollar otras actividades.

En cualquier caso, como concluyen en esta entrada en el blog de nimbooks, sea cual sea la tecnología que prevalezca los lectores no tenemos de qué preocuparnos, los libros electrónicos seguirán estando aquí y tenemos lectura digital para rato.

Precisamente a raíz de este artículo se desencadenó un pequeño debate en nuestra página de Google+ que, aunque no es ni mucho menos representativo, refleja los distintos hábitos de los lectores y cómo cada uno leemos a nuestra manera dependiendo de nuestro estilo de vida y preferencias lectoras. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, que cada uno lea cómo y dónde quiera, pero que lea.